EL ACNÉ Y SU TRATAMIENTO

Con el término acné se agrupan un conjunto de enfermedades caracterizadas por la obstrucción e inflamación crónica del folículo pilosebáceo.  Sin duda, la más frecuente es el acné vulgar o juvenil, ya que aparece en el 85% de los jóvenes entre los 15 y 19 años. No obstante, a los 40 años un 1% de varones y un 5% de mujeres presentan todavía cierta actividad.

En los adolescentes, el acné representa el 25% de las consultas a un dermatólogo, un motivo frecuente de visitas a médicos generales y consultas a farmacéuticos y gabinetes de estética ya que, si bien se trata de una enfermedad benigna y de curso autorresolutivo, puede inducir importantes alteraciones estéticas, secuelas cicatriciales y trastornos psicológicos importantes.  Por ello, su tratamiento se debe iniciar lo más precozmente posible.

Etiopatogenia

Esta enfermedad cutánea es producida por múltiples factores de causa desconocida que contribuyen en mayor o menor grado a su desarrollo.  Todos ellos inciden sobre la glándula sebácea.

Factor hormonal

Uno de los factores más determinantes es un desequilibrio en la producción de hormonas andrógenas y estrógenas.  La relación directa entre el factor hormonal y el acné se constata en el hecho de que en muchos casos la mujer acneica sufre un cuadro de hiperandrogenismo presentando desarreglos menstruales, alopecia androgénica, hirsutismo, etc., manifestaciones que se agravan una semana antes del ciclo menstrual.  También se evidencia en el hecho que las mujeres sin patología acneica presenten lesiones durante los días de la menstruación, así como que la aparición del acné coincida con el cambio hormonal de la pubertad.

Hiperfunción de las glándulas sebáceas

Con alteración de tipo cualitativo y cuantitativo del sebo.  El sebo humano está compuesto por escualeno, ésteres de las grasas y triglicéridos.  Éstos, por hidrólisis, producen ácidos grasos libres, los cuales son comedogénicos y contribuyen al taponamiento folicular.

Factor microbiano

En la piel acneica se pueden encontrar básicamente tres organismos: Propionibacterium acnesStaphylococcus epidermis y Pityrosporum ovale. P. acnes produce lipasa, hialuronidasa, proteasa, fosfatasa y factores quimiotácticos, para neutrófilos, linfocitos y macrófagos, que son los responsables de la respuesta inflamatoria.  Además, tienen actividad lipolítica, por lo que son capaces de hidrolizar los triglicéridos, produciendo más ácidos grasos libres, lo que da lugar al comedón.

Factor genético

Se halla descrita una cierta predisposición genética, aunque la elevada frecuencia con la que se presenta esta enfermedad hace muy difícil evaluar la influencia de los antecedentes familiares.

Se ha reportado asociación entre acné muy intenso y pacientes con genotipo XYY.

Dieta

No está demostrado el tópico de que existen ciertos alimentos tales como el marisco, el cerdo, los frutos secos, los dulces, el chocolate y los picantes que empeoren el acné.  Una dieta que restringe la ingestión de éstos puede producir una disminución de la producción de sebo, aunque no determina la curación del acné.

Factores psicológicos y emocionales

El estrés y la ansiedad son factores que contribuyen al empeoramiento del cuadro clínico, aunque parece poco probable que induzcan a la formación de nuevas lesiones.

Ingesta de fármacos

Tales como corticoides, vitamina B12, antiepilépticos (hidantoína, fenobarbital), litio, anabolizantes yoduros y bromuros son inductores del acné.

Manifestaciones clínicas

Las lesiones del acné se localizan en las zonas donde las glándulas sebáceas son más numerosas, a excepción del cuero cabelludo, apareciendo por tanto en el rostro y en menor proporción en espalda, hombros y pecho.

El cuadro clínico está constituido por diferentes tipos de lesiones acneicas: seborrea, comedones, pápulas, pústulas, nódulos, quistes y cicatrices.  En el acné vulgar, también llamado polimorfo, pueden coexistir todas ellas.

Seborrea

Es un exceso de secreción sebácea, localizado en las zonas electivamente seborreicas (zona centrofacial y mediotorácica).  La piel aparece brillante, untuosa, con dilatación aparente del orificio de salida del folículo pilosebáceo.

Comedón

Es la lesión más característica del acné.  La obstrucción del canal folicular que atrapa sebo da lugar a los comedones, que pueden ser de dos tipos: abierto o cerrado.  El comedón cerrado es una pequeña elevación de la superficie de la piel, dura y de color blanquecino amarillento.  El comedón abierto, vulgarmente llamado espinilla, puede aparecer plano o como una pequeña elevación dura y de color negro.  A partir del comedón cerrado, debido a una salida de los lípidos del sebo a través del folículo y a una colonización de P. acnes se producen lesiones inflamatorias (pápulas, pústulas, nódulos y quistes).  El comedón abierto, a no ser que se manipule, no suele dar lugar a lesiones inflamatorias.

Tratamiento

El acné es una enfermedad y como tal hay que asumirla y tratarla. En los últimos años se han producido grandes avances terapéuticos en este campo. Sin embargo, en muchos casos el tratamiento fracasa.

Para conseguir el éxito en el tratamiento del acné es muy importante la colaboración por parte del paciente y su entorno familiar.  Es fundamental que el médico realice un diagnóstico correcto mediante valoración individualizada del paciente, teniendo en cuenta la intensidad, forma clínica del acné y los factores etiológicos asociados.  Al iniciar el tratamiento, el médico debe concienciar al paciente de la prolongada duración de la terapia, de la posibilidad que la mejora no sea inmediata e incluso de un posible empeoramiento al principio.  Para favorecer el cumplimiento del tratamiento el médico debe tener informado en todo momento al paciente, ya que con frecuencia el dermatólogo prescribe distintos principios activos de forma simultánea, y es habitual que los vaya cambiando según la evolución de la enfermedad.  Es importante remarcar que hasta al menos 3 meses después de haberse instaurado un tratamiento, no puede juzgarse razonablemente su eficacia.

Los objetivos que se persiguen en el tratamiento de esta enfermedad son:

  • Regular la seborrea.
  • ­Evitar la obstrucción del folículo.
  • ­Disminuir la población bacteriana.
  • ­ Evitar las cicatrices.

Tampoco deben obviarse una serie de medidas generales que deben acompañar al tratamiento farmacológico, entre las cuales destacamos:

Higiene. Conviene informar al paciente que una higiene adecuada contribuye al éxito terapéutico.  En ocasiones será conveniente emplear soluciones antisépticas con acción antibacteriana; en otras sustancias minerales o sintéticas pulverizadas que incorporadas a limpiadores inducen un efecto exfoliativo y en otras soluciones limpiadoras y desengrasantes.  Además, es necesario insistir en que no se deben manipular las lesiones.

­Cosméticos. Los cosméticos utilizados deben ser no comedogénicos y libres de grasa. Conviene precisar que casi cada laboratorio posee una amplia gama de cosméticos «especiales para pieles grasas» en los que el contenido en grasa aparece de una forma reducida, pero que puede resultar comedogénico en mujeres predispuestas. Para éstas, el dermatólogo debe recomendar cosméticos en los que en la etiqueta figure la calificación precisa de «libres de aceites» o «no comedogénicos». Existen algunos con sustancias útiles en el tratamiento del acné como son el ácido azelaico o los alfahidroxiácidos.

­Dieta. Se evitarán aquellos alimentos con los que el paciente pueda comprobar un empeoramiento de sus lesiones

­Sol. Existe una gran controversia sobre la acción del sol para el acné.  Si bien en la mayoría de pacientes la exposición a la radiación ultravioleta mejora el acné, en algunos otros lo agrava, sobre todo si se asocia a calor y humedad. Aunque las radiaciones ultravioletas A y B tienen efecto antiinflamatorio, la sobreexposición y acumulación de radiación ultravioleta pueden tener un efecto comedogénico y desencadenar un empeoramiento durante el otoño. Las pequeñas exposiciones a la luz solar no son perjudiciales, pero si lo son el abuso y la exposición a las lámparas de radiación ultravioleta A.  También es importante usar filtros solares no comedogénicos.

https://www.elsevier.es/es-revista-offarm-4-articulo-el-acne-su-tratamiento-13018369